miércoles, 20 de mayo de 2015

Opiniones sobre el Ebola:

EN NUESTRA OPINIÓN: Frente al ébola: ciencia, no política

La paranoia sobre el ébola llegó a un nivel peligroso la semana pasada cuando el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, impuso una regulación de cuarentena obligatoria a la enfermera Kaci Hickox, que tuvo fiebre después de regresar a este país tras una estancia en África Occidental para combatir el ébola, pero que no había contraído el virus.

Afrontando fulminantes críticas y la posibilidad de una demanda, Christie cedió esta semana y la enfermera fue trasladada en avión privado a su casa en Maine. Sin embargo, su acción inicial, por la que Hickox tuvo que pasar el fin de semana en una carpa transparente con un inodoro y un lavamanos, pero sin ducha, sentó un mal precedente.

El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, al principio hizo lo mismo, pero después dio marcha atrás y permitió que los profesionales de la medicina que han tratado a pacientes de ébola pero que no muestran síntomas de la enfermedad, se queden en sus casas y reciban compensación por los ingresos perdidos.

Aun suponiendo que los gobernadores tenían la mejor intención —es mejor precaver que lamentar— y ningún motivo político, sus acciones eran injustificadas. Los médicos, enfermeras y otros trabajadores de la salud que combaten el ébola en su punto de origen en África, deben tratarse como héroes altruistas, no como criminales.

Las medidas hostiles contra personas que no tienen síntomas y probablemente nunca los tendrán solo sirven para alentar la histeria del público, no para mejorar la salud pública. Esas acciones también tienen efectos contraproducentes: pueden limitar la cantidad de personas dispuestas a responder a la emergencia en África Occidental.

Como el presidente Obama señaló el martes, la mejor forma de contener el ébola, de evitar el contagio en este país, es deteniendo la enfermedad donde comenzó, lo cual requiere la presencia de trabajadores médicos norteamericanos en países como Liberia y Sierra Leona.

http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/4/4a/Symptoms_of_ebola.pngEstos voluntarios encabezan la respuesta internacional a una posible epidemia mundial que se propagó inicialmente precisamente por la falta de médicos, enfermeras y recursos.

Estigmatizar a estos profesionales solidarios cuando regresan a casa desalienta la participación activa en el combate contra el ébola.

Y además, las medidas extremas no son necesarias. Solo dos personas han contraído ébola hasta ahora en suelo norteamericano: las dos enfermeras de Dallas que atendieron a un paciente infectado con el virus en África Occidental. Hoy, las dos enfermeras están libres del ébola. Del total de siete norteamericanos tratados hasta ahora por ébola, todos han sobrevivido. Estos casos no justifican imponer cuarentenas y tomar medidas similares contra un grupo de personas que no muestran síntomas de la enfermedad.

En la Florida, el gobernador Rick Scott ha emitido una orden ejecutiva que exige que cualquiera que venga de países con brotes de ébola sea examinado dos veces al día por tres semanas. Esta medida excede la medida de los Centros para el Control de Enfermedades que requiere una “supervisión directa y activa” de los que están en riesgo de contraer ébola.

La precaución puede estar justificada, pero como demuestran las acciones en Nueva Jersey y Nueva York, es importante dejar fuera la política.

La respuesta del gobierno debe basarse en la ciencia, no en los temores del público. Si el personal médico norteamericano logra detener el ébola en África, el público aquí no tendrá que preocuparse.
El ébola, más que un virus
El, ébola, como el sida, es más que un virus y que una enfermedad. El sida afectaba más a ciertos grupos sociales muy influyentes y poderosos que al resto y el ébola afecta a todos los grupos sociales y, hasta ahora, se ha cebado sólo en etnias africanas sin influencia ni poder y en grupos de gente generosa: cooperantes y misioneros, quienes ponen en peligro su vida por amor a los demás. El neopopulismo, siempre en contra de las migraciones, ahora tiene un argumento más para estar en contra de los inmigrantes procedentes de África Occidental por ser el foco del ébola, un peligro para el mundo blanco que viene del mundo negro.

Mientras permaneció encerrado dentro de las fronteras y no salió de África, no era un peligro; ahora que las saltó, han saltado todas las alarmas. El ébola es como un ser embozado, no se sabía nada, ni de dónde venía, ni a dónde iba, ni qué podía dar de sí. El acontecimiento del ébola es una de las consecuencias y un indicador de la gran transformación y de los cambios vertiginosos que están afectando al mundo. El epicentro de este acontecimiento radica en la malignidad, la rapidez y el desconocimiento del modus operandi del virus y la facilidad de las comunicaciones entre pueblos y continentes. Los infectados son muchos más de los que las instituciones nos quieren hacer creer. En muchos lugares azotados por el ébola no existen registros o son muy poco de fiar. Además, dado que algunas etnias lo consideran un castigo divino, ocultan a sus enfermos.

La conexión de las cosas y las personas en una red mundial conduce a una era de bienes y males compartidos. Las plagas y las pestes se extienden con más facilidad y rapidez que el descubrimiento de sus remedios. No saber nada de algo que existe y es peligroso crea un estado de angustia social, una alarma como en su día la creó el sida. A este miedo hay que añadir que, ya algunas personas procedentes del África amenazan y chantajean con contagiar el ébola. Cuando en un avión se corre el rumor o la noticia de que un viajero tiene el virus, el pánico se adueña del pasaje y de la tripulación.

Muchos tertulianos, quiero decir charlatanes, dicharacheros, babean cuando hablan del determinismo, de la incertidumbre, del azar que rigen nuestras vidas, pero a la hora de estudiar un caso olvidan todas sus teorías que le sirven para darse el pote de progres y arremeten como toros ciegos contra todo lo que se les pone delante. A algunos les oí citar revistas científicas y opiniones de científicos sin decir nombres ni dar referencias de ningún tipo. Han logrado manifestaciones, histerias, gritos, atropellos a las puertas de los hospitales. Una vez más se confirma que los que tienen algo que decir guardan silencio y aquellos que deberían callar, por no tener nada que decir, hablan sin parar. La masa habla del ébola, como en su día hablaba del sida, no por lo que oye a los científicos y a los estudiosos del tema sino a los tertulianos que, a su vez, hablan de oídas oscureciéndolo todo, dando por sabido lo que no sabe nadie. Es evidente que problematizar la situación es parte de su solución cuando los planteamientos se ajustan a la realidad.

En momentos de crisis emocionales, sentimentales, económicas, políticas, sociales, científicas, los sentimientos y las emociones son malos consejeros. Las decisiones ponderadas y equilibradas se toman con la mente fría y bien informada. «En tiempo de crisis, no tomar decisión», se podría traducir el célebre dicho de San Ignacio. Los graves problemas como el ébola hay que estudiarlos en todos sus elementos para poder tomar decisiones que lleven a la solución. Los científicos no daban crédito a la verborrea de los políticos, de una parte y de otra, sin que ninguno supiera nada. Algunos políticos no han estado a la altura, otros se han rebajado al nivel de carroñeros. Las declaraciones del Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid no hicieron más que agravar la situación.

Visto desde fuera y con distancia para analizar, el comportamiento de Teresa en algún momento ha sido chocante. Por ejemplo, en su domicilio ya había tomado precauciones y cuando llega al médico no le dice nada. «La confesión de Teresa despeja una duda fundamental pero no diluye responsabilidades», se ha escrito en la prensa. ¿Cuántos de los que han hablado, escrito, se han preguntado si han respetado la intimidad de Teresa y si han puesto su salud por delante de todo otro interés? ¿Cuántos antes de abrir la boca se preguntaron si lo que iban a decir podría ayudar a Teresa o a mejorar la situación global? ¿Cuántos han tratado de ponerse en la piel, considerar su angustia y la de los suyos; su soledad impenetrable y el bochorno de verse convertida en arma política?

El mundo rico quiso ignorar que en el mundo globalizado los problemas son globales y que los virus, como las ondas, son como los flujos económicos, no reconocen las fronteras y viajan sin permiso de nadie. Un problema global sólo puede solucionarse con soluciones globales aunque sea cierto que se puede luchar localmente contra problemas globales. Y en el mundo rico no existía el ébola; a pesar de que todo el mundo era consciente del problema, nadie trató de ponerle remedio porque estaba lejos y no era un peligro para nosotros. Si algo positivo tuvo el hecho de que haya saltado a Europa es que forzó a los países ricos a interesarse por el asunto y ponerle remedio, porque ya no está a la puerta sino que ya ha entrado, pero no se solucionará mientras no se erradique el foco originario, el manantial, el reservorio natural. Los controles en las fronteras y aeropuertos sólo lograrán calmar la ansiedad de la población pero no erradicar el mal.

El ébola transformó la agenda política y los programas de los medios de comunicación, barrió de la parrilla al nacionalismo catalán y las tarjetas opacas. Llegó ahí, alguien lo arrojó, está entre nosotros. Nadie en Europa ni en ninguna parte del mundo estaba preparada para hacer frente a la emergencia del ébola porque nadie está preparado para algo que no existe. Es una situación desconocida por nueva; hasta aquel momento prácticamente lo único que se sabía era que su comportamiento variaba de una situación a otra y de un momento a otro en el mismo enfermo, por eso se puede decir que el mismo enfermo sufre muchas primeras veces (por los cambios del virus).

El acontecimiento, además del sufrimiento imponderable de los afectados, está en la interpretación que hagan del caso los políticos y el cambio que ha supuesto en el mundo occidental frente al grave problema del ébola. Los políticos seguirán tratando de sacar partido del sufrimiento que haya sembrado, y lo convertirán en bandera, unos porque lo han frenado y los otros porque lo dejaron llegar, los unos porque murieron pocos o nadie y los otros porque pudieron haber muerto más o algunos. El accidente fue una tragedia, la cobertura mediática un drama sensacionalista y la actuación del Gobierno un fiasco. Creo que habría que pedir responsabilidades a las aves de mal agüero que han sembrado por doquier y sin pudor alarmas innecesarias. Los más alarmistas son siempre los más inoperantes.

Todo ha sido un poco catastrófico hasta que el Comité Científico tomó las riendas del asunto. Ahora se trata de abrirlo en canal, destazarlo, destriparlo para saber qué es. Y eso sólo lo van a lograr los científicos con estudio y con medios. Los científicos aprenden por aproximación y tanteos, errores y aciertos. Los descubrimientos puede que no se den de buenas a primeras, y porque nadie es infalible, hay que admitir que en el camino se den fallos humanos y estructurales. En este caso, los tratamientos son experimentos sin haber tenido tiempo de comprobaciones que garantizan los medicamentos. Los científicos terminarán poniendo remedio a la epidemia porque se acercan a ella con el único propósito de ponerle remedio.


Manuel Mandianes es antropólogo del CSIC, escritor y teólogo. Autor del Blog: Diario nihilista. Su último libro: Viaxe sen retorno (Ediciones Sotelo Blanco).

Noticias sobre el Ebola:

Vacuna experimental contra ébola no muestra efectos secundarios importantes

En el ensayo clínico participaron ya 34 de 115 voluntarios en total
PUBLICADO: DEC, 2, 2014 10:36 AM EST
Ginebra - Las investigaciones médicas avanzan a marchas forzadas para encontrar una solución a la epidemia de ébola que azota África occidental.
La agencia EFE informó que los primeros 34 voluntarios que participaron en el ensayo clínico de una vacuna contra el ébola mostraron una buena tolerancia y no se observaron efectos secundarios preocupantes, comunicó hoy el Hospital Cantonal de Ginebra, a cargo de estas pruebas.
El centro hospitalario empezó este ensayo, a petición de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el pasado 10 de noviembre con la vacuna experimental VSV-ZEBOV, desarrollada por la Agencia de Salud Pública de Canadá.
El Comité de Etica de la OMS evaluó los medicamentos y las vacunas experimentales con más posibilidades de ser producidas rápidamente y consideró que se podían acelerar los ensayos con ciertos productos, entre ellos la vacuna que se prueba en Ginebra.
El hospital indicó que después de recibir la vacuna, los voluntarios se quedaron bajo observación durante una hora y media para detectar cualquier síntoma alérgico, esencialmente, ya que son los primeros que aparecen en caso de efectos secundarios.
"Hasta ahora no se ha observado ningún efecto secundario preocupante: las inyecciones provocaron respuestas inflamatorias que se esperaban. Estas fueron de intensidad débil a moderada", precisó el equipo a cargo de este ensayo, que planea realizarse con un total de 115 voluntarios. Cada inyección contiene de 10 a 50 millones de partícula de la vacuna.
Algunos voluntarios recibieron, en cambio, un placebo, pero todos fueron observados y recibirán un seguimiento similar, que incluye controles durante los tres primeros días después de recibir la vacuna en visitas que duran entre 20 y 30 minutos.
Esas entrevistas mostraron que los voluntarios respondieron a la vacuna con una reacción inflamatoria que duró desde algunas horas hasta dos o tres días, pero sin ningún efecto secundario realmente preocupante.
A continuación, el seguimiento se hace en intervalos de dos semanas, un mes y tres meses después de la inyección.
En el caso de los voluntarios que tenían previsto viajar a los países afectados por la epidemia del ébola, el seguimiento en las semanas y meses posteriores se realizará por teléfono.
La observación concluirá a los seis meses de recibida la inyección, con una última visita en la que se realizará una prueba de sangre para asegurarse de que no hay efectos secundarios a largo plazo y determinar si la respuesta inmunitaria generada por el organismo depende de la cantidad de dosis recibida.
El ensayo continuará hasta principios de 2015 con quince voluntarios por semana, de manera paralela a los que se realizan con la misma vacuna en Canadá, Estados Unidos, Alemania y Gabón, y los que se planea empezar en breve en Kenia.

Ébola, una de las mayores preocupaciones de los estadounidenses

Un 17% de los estadounidenses lo consideran el problema de salud "más urgente" revela sondeo
El ébola es una de las mayores preocupaciones sanitarias de los ciudadanos, que en un 17% consideran esta enfermedad como el problema de salud "más urgente" que afronta el país, según un sondeo anual sobre sanidad divulgado este martes por la consultora Gallup.
A la pregunta de cuál es el problema de salud "más urgente" que enfrenta el país, un 17% de los encuestados responde que el ébola, frente al 18 % que señala el acceso a la cobertura médica y el 19% que menciona los elevados costos sanitarios.
Hasta ahora estos, dos problemas lideraban las preocupaciones sanitarias en EEUU, pero la irrupción del virus en este país hace que uno de cada seis ciudadanos consideren el ébola como uno de los problemas de salud más importantes del país.
El virus se sitúa por encima de la obesidad y el cáncer, enfermedades que preocupan al 10% de los ciudadanos, según la encuesta, llevada a cabo entre el 6 y el 9 de noviembre entre 828 adultos, con un margen de error del 4%.
Tras ellas se sitúa la diabetes, enfermedades del corazón, la gripe o padecimientos mentales, que son la mayor preocupación de entre el 1 y el 3%.
Gallup ha medido anualmente la preocupación de los estadounidenses sobre la salud desde 1999.
El cirujano Martin Salia, quien contrajo el ébola en su Sierra Leona natal, se convertió  en el segundo fallecido a causa del virus en EEUU, país en el que residía y al que había regresado en estado crítico para recibir tratamiento en un centro de Nebraska donde se curaron otros dos enfermos.
En total, diez enfermos de ébola han sido tratados en suelo estadounidense y dos de ellos han fallecido: Salia y el ciudadano liberiano Thomas Eric Duncan, quien llegó a Dallas (Texas) en septiembre para casarse con su prometida y falleció el 8 de octubre en un hospital de esa ciudad.

Trabajemos juntos para detener el ébola

Mary Travis Bassett, MD, MPH, Comisionada del Departamento de Salud y Salud Mental de la Ciudad de Nueva York
Desde julio, varias agencias de la Ciudad han trabajado sin descanso con hospitales, clínicas, escuelas, sindicatos y asociados federales y estatales para prepararse para un posible caso de ébola en la Ciudad de Nueva York. Enviamos actores para probar si los hospitales eran capaces de identificar y aislar de manera adecuada a los pacientes que podrían tener el virus y recomendamos a todos que practicaran.
Esta preparación rindió frutos el jueves pasado cuando el Dr. Craig Spencer, un médico joven que sin egoísmo se ofreció como voluntario en Guinea, se comunicó con su organización Médicos sin Fronteras porque tenía fiebre, uno de los síntomas del ébola. Él está ahora recibiendo atención en Bellevue Hospital.
Si bien la epidemia de ébola que se desarrolla en África Occidental es una tragedia humana, es importante recordar que la posibilidad de que el neoyorquino típico se contagie de ébola es extremadamente pequeña. El ébola no es una enfermedad de fácil transmisión.
Una amenaza más grande para nuestra ciudad es el temor y la ansiedad del público, que alimentan involuntariamente rumores y desinformación sobre la enfermedad. Hemos escuchado numerosas denuncias de discriminación, prejuicio y humillación de neoyorquinos solo por el color de su piel, su ocupación, o país de origen. El estigma, como hemos aprendido de la lucha contra otras enfermedades infecciosas, es peligroso y perjudica a todos. No hace mucho que los haitianos y los hombres homosexuales se volvieron el blanco de la discriminación a medida que se desarrollaba la epidemia del SIDA. El estigma debilitó nuestros esfuerzos de respuesta. No podemos dejar que esto pase otra vez.
Si el temor de ser estigmatizado desanima a una sola persona para buscar atención oportuna, todos estarán en un mayor riesgo de infección.
En la lucha contra el ébola no hay lugar para la discriminación y el prejuicio. Y en la Ciudad de Nueva York, una ciudad que siempre ha aceptado la diversidad, no hay espacio para un lenguaje o actos de odio.
Por lo tanto, este es un llamado a la solidaridad. Para vencer el ébola debemos permanecer juntos, como una sola ciudad, y estar orgullosos de nuestros trabajadores de atención médica que están combatiendo al frente, tener compasión por nuestros vecinos del África Occidental que han perdido a seres queridos en sus países de origen, y alzar nuestras voces en apoyo de una respuesta internacional más fuerte para combatir esta epidemia.
En nuestra ciudad, todo el que busca atención la recibirá, sin importar su estado migratorio o su capacidad para pagar. Los neoyorquinos son bien conocidos por unirse en los momentos de crisis; unámonos y mostremos nuestra solidaridad una vez más.

¿Verdaderamente todo el mundo pagaría por la cura del virus?

En mi opinión creo que muy poca gente pagaría por el virus tal y como está la economía en es España, la personas que pagarían para que exista una cura serian gente muy caritativa o que tendría gente afectada. Un ricachón de tres al cuarto seguro que no daría un centavo por un vacuna para el virus… a si es la sociedad de mi punto de vista, si existe una conveniencia si aportamos, si no me da igual el resto de humanos. Si verdaderamente hubiera cura y se tuviera que pagar por ella, el gobierno debería poner un tributo obligatorio (sin benéfico del mismo) a si la gente que no quiere pagar estaría obligada a pagar por si en un futuro él se infecta tener su cura.

miércoles, 13 de mayo de 2015

¿Por qué hay personas que dicen que no tiene cura?

·         Ciertas personas dicen que no tienen cura debido a que esta descontrolado el virus sobre la sociedad. Si el estado no tiene o no quiere dar dinero y no fomenta la cura de dicho virus como debería hacerlo, los médicos no pueden dar confianza sobre la cura de dicho virus. Entonces estas personas están influidas por el virus. En esta pregunta se verifica que la ciencia si no está suficientemente fomentada afecta gravemente en la sociedad. Yo creo que si existe una cura.

¿Por qué la mayoría de personas encuestadas no tiene ningún conocido infectado?

·         Las personas encuestadas no tienen conocido o familiar afectado debido a que no existe una propagación grave de dicho virus, ¿quiere decir esto que existe control sobre el virus en la sociedad? NO. Una porción de población no se le puede manifestar al estado por que hay infectado un animal. Para empezar creo que si hay un animal infectado en toda una población no se tiene por que enterar la comunidad de personas, se investiga con dicho animal lo que sea necesario y si se tiene que sacrificar se sacrifica. La conclusión de esta pregunta es que si no existe gran número de individuos infectados es porque SI existe un mínimo control sobre el virus, pero NO sobre el virus en la sociedad.

¿Por qué toda la mayoría de personas creen que influye en la sociedad?

·         En mi opinión creo que las personas o la gran mayoría de las personas creen que el virus influye en la sociedad debido a que tienen miedo de que si no existe un control sobre el virus, se infecten ellos. La sociedad solo quiere su bien individual entonces, si por parte del estado no existe control alguno de la enfermedad cada individuo de su pueblo corre riesgo de ser infectado por lo cual hay un escándalo público. No solo influye en lo social y político, también influye en lo económico, si los gobernantes no están dispuestos a apostar por los avances sobre el Ebola y no sabe cómo administrar la economía del país para cada uno de las facultades influye en lo social. En conclusión, para que influya el virus de forma pasiva en la sociedad debe de existir un control económico y sobre todo político.

miércoles, 29 de abril de 2015

SÍNTOMAS DEL ÉBOLA

El período de incubación de esta enfermedad oscila entre dos y 21 días, después de los cuales ocurre el inicio de los síntomas del ébola, aunque lo más habitual es que aparezcan entre el octavo y el décimo día:
  1. Fiebre alta y repentina.
  2. Dolor de cabeza.
  3. Molestias en las articulaciones y fuertes dolores musculares.
  4. Dolor de garganta y debilidad generalizada.
  5. Diarrea, vómitos y dolor de estómago.
  6. Aparición de una erupción rojiza en la piel.
  7. Congestión conjuntival (ojos rojos).
  8. Alteración de la función renal y hepática.
  9. En algunos afectados pueden observarse hemorragias internas y externas.